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En el sur de Florida subtropical, casi todo lo que se adhiere al suelo tiene una buena probabilidad de crecer, por lo que pueden prosperar tantas plantas clasificadas como no nativas, invasoras o exóticas. Tales plantas pueden haber sido introducidas intencionalmente.

Las plantas nativas han formado relaciones simbióticas con la vida silvestre nativa durante miles de años y, por lo tanto, ofrecen el hábitat más sostenible. Una planta se considera nativa si se ha producido de forma natural en una región, ecosistema o hábitat particular sin introducción humana.

Las plantas exóticas que evolucionaron en otras partes del mundo o que fueron cultivadas por humanos en formas que no existen en la naturaleza no son compatibles con la vida silvestre como con las plantas nativas. En ocasiones, incluso pueden escapar a la naturaleza y convertirse en exóticos invasivos que destruyen el hábitat natural.

Las plantas nativas son las que más ayudan al medio ambiente cuando se plantan en lugares que cumplen con sus requisitos de crecimiento. Ellos prosperarán en los suelos, la humedad y el clima de su región. Eso significa menos riego suplementario, que puede ser un desperdicio, y problemas de plagas que requieren químicos tóxicos. Las plantas nativas también ayudan a controlar la escorrentía del agua de lluvia y mantienen un suelo sano, ya que sus sistemas de raíces son profundos y evitan que el suelo se compacte.